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Zaragoza desde las Torres

Zaragoza desde las Torres

Además del significado que se le atribuye a las construcciones militares y a las estructuras que coronan y adornan los templos cristianos, en Aragón la acepción -Torre- alude a la casa de labor dedicada principalmente al cultivo de árboles y huerta, y le añade un componente ocioso. Así, varias de estas torres jalonaban, a principios de siglo XX, una de las principales vías de entrada de la ciudad. Tal era la importancia de ésta que con el tiempo se ha convertido en una de las más importantes avenidas de la ciudad, el Camino de las Torres.

Pero las que dan un verdadero perfil a Zaragoza son las torres de sus edificios religiosos, como la de la iglesia de Santa María Magdalena, del siglo XIV. Gracias a su preciosa ornamentación a base de cerámica de azulejos, se trata de uno de los más célebres ejemplos del arte mudéjar. La torre de la iglesia de San Pablo, también mudéjar, destaca por su planta octogonal, su altura y la iglesia sobre la que se alza, considerada la tercera catedral de Zaragoza. 

Al tercer milenio pertenece la Torre del Agua, erigida con motivo de la Exposición Internacional de 2008, que simboliza la Zaragoza moderna, dinámica y sostenible. Levantada sobre una enorme base, con forma de gota de agua, y con el cristal como material protagonista, se convirtió en el icono de la muestra.

Hay muchas más torres en la ciudad, como la de San Miguel de los Navarros, San Gil Abad o la esbeltísima Torre de La Seo. Pero las más conocidas son, sin duda, las de la basílica de Nuestra Señora del Pilar. Estas cuatro estructuras, combinadas con las cúpulas de colores, han creado la imagen definitiva de la ciudad y son reconocibles por millones de personas en todo el mundo. Además, a una de ellas se puede ascender, para vivir la inolvidable experiencia de ver la Plaza del Pilar y toda Zaragoza a vista de pájaro. Información de la vista panorámica desde la Torre de la Basílica del Pilar