Cambio Climático y Calidad del Aire

Mapa Térmico >> Presentación

Estudio realizado por el Departamento de Geografía de la Universidad de Zaragoza y el Ayuntamiento de Zaragoza Unidad de Medio Ambiente

La organización espacial de las temperaturas y la isla de calor de Zaragoza.

El análisis de los datos manejados permite, en efecto, constatar la existencia de notables diferencias de temperatura entre el interior de la ciudad y su entorno inmediato, y la presencia de una marcada isla de calor, fluctuante para situaciones atmosféricas variables, que alcanza su máximo en días anticiclónicos invernales alrededor de los 6º C.

La isla térmica zaragozana suele presentar en gran número de ocasiones forma concéntrica, es decir, con isotermas nucleares cerradas y formas no muy alejadas de las circulares. Los valores máximos se localizan predominantemente en la zona centro, en la margen derecha del río Ebro, y disminuyen de modo progresivo hacia la periferia circundante de Zaragoza dibujando claramente las superficies edificadas, con descenso más rápido hacia el Suroeste, Sur y Norte de la ciudad.

Los espacios más cálidos se encuentran en los sectores central y centro-oriental del entramado urbano: el entorno del Coso-Plaza España, con prolongación hacia la Avenida de Madrid, Gran Vía-Avenida Goya y zonas próximas a la intersección entre el Camino de las Torres y Miguel Servet. Conforme nos alejamos de este núcleo el ambiente es cada vez más fresco, como se comprueba en la prolongación de la Avenida Gómez Laguna, Montecanal, carretera de Valencia, montes de Torrero, Miralbueno-barrio Oliver-Valdefierro y Juslibol-Academia General Militar-Parque Goya; al igual que en los grandes parques y jardines urbanos, en particular el Parque Primo de Rivera y Parque del Tío Jorge. Y aún mayor es el descenso de las temperaturas en las zonas rurales limítrofes, con diferencias térmicas absolutas respecto al centro, en general, de entre 3º y 4º C; que en días concretos, de atmósfera estable y cielo despejado, llegan a superar los 5º C. Dos ejemplos pueden ilustrar este hecho: el día 26 de julio de 2001, cuando la temperatura observada en el Coso era de 27,8º C, en Torrero se registraban 22,8º C. Y el día 23 de febrero del mismo año los termómetros medían 16,3º C y 10,9º C en Gran Vía y el barrio Las Fuentes, respectivamente.

En la periferia urbana se aprecia, además, una importante disimetría entre la zona oriental, más cálida, y la occidental, en general más fresca, claramente reflejada en la cartografía, que responde sobre todo a causas atmosféricas: la primera se insinúa muy bien en el barrio de Santa Isabel, Huerta de Las Fuentes y carretera de Castellón, con valores muy próximos en ocasiones a las áreas plenamente urbanas. En contraste, las temperaturas son siempre inferiores en los espacios del Norte, Oeste y Suroeste de la ciudad, como son el barrio de Juslibol, la huerta de La Almozara, entorno de Montecanal-Feria de Muestras y montes de Torrero.

Distribución espacial de la humedad relativa del aire

La relación inversa que existe entre la temperatura y la humedad relativa del aire explica que el mapa higrométrico promedio parezca el negativo del mapa térmico. Así, los espacios en los que la humedad ambiental es en promedio más baja coinciden con las zonas más cálidas de Zaragoza: el centro de la ciudad y las grandes avenidas como la de Madrid, el Coso, Camino de las Torres o Miguel Servet, llegan a conformar una verdadera "isla de sequedad", a partir de la cual los valores de humedad aumentan hacia el exterior del núcleo urbano, percibiéndose el mismo gradiente centro-periferia observado en las temperaturas, aunque en este caso de signo positivo, y de mayor magnitud hacia el Norte, Suroeste y Sur de Zaragoza. En este comportamiento general, y como cabía esperar, las grandes superficies arboladas de los parques y jardines, como son Miraflores, parque Tío Jorge o Primo de Rivera, poseen ambientes más húmedos que contrastan con las superficies edificadas de su entorno.

En las áreas rurales inmediatas la humedad es en promedio un 20-25% superior a la existente en el corazón urbano. A modo de ejemplo, el día 2 de agosto de 2001, con tiempo anticiclónico, la humedad relativa en Gran Vía y Delicias era inferior al 50%, mientras superaba el 70% en el norte de la ciudad. Considerada en su conjunto, la periferia de Zaragoza ofrece, asimismo, otras particularidades destacables: los valores de humedad en dirección a la carretera de Castellón se asemejan en muchas ocasiones a los existentes en espacios con alto grado de urbanización. Y se puede subrayar también que algunos rasgos observados en el mapa de temperaturas no se repiten en el caso de la humedad, en particular las diferencias detectadas entre las zonas de huertas: la huerta de la Almozara y la de Movera tienen valores medios de humedad similares entre sí, algo que no ocurría con las temperaturas, mientras que son ligeramente inferiores en el caso de la huerta de Las Fuentes.

Variabilidad temporal de las condiciones termo-higrométricas

La explicación realizada de la distribución de la temperatura y humedad corresponde a datos promedio, que lógicamente pueden verse modificados cuando se contempla el detalle de situaciones concretas, en diferentes momentos del año y en distintas condiciones atmosféricas; no obstante, el análisis hecho permite afirmar que la variabilidad no es muy grande y que la permanencia de los rasgos generales identificados es muy alta.

En relación con las temperaturas, la isla de calor observada en el centro de Zaragoza es persistente y, además, es la zona que tiene menor variabilidad temporal, es decir, la que menores modificaciones sufre a lo largo del año. Variabilidad también baja parece observarse hacia el Sur de la ciudad y el entorno del Parque Primo de Rivera; en cambio, se incrementa en zonas normalmente cálidas como el sector centro-oriental, consecuencia seguramente del desplazamiento que la isla térmica experimenta en determinadas situaciones atmosféricas. En la periferia, por la influencia más directa de las cambiantes condiciones atmosféricas y el menor peso de la acción urbana, las variaciones temporales son siempre mayores.

Para más información:
Universidad de Zaragoza
Agencia de Medio Ambiente y Sostenibilidad