05 octubre 2018

Las fiestas del Pilar acogen, en La Lonja, la exposición del artista zaragozano Sergio Abraín

La muestra, que se abre al público hoy y podrá contemplarse hasta el 31 de diciembre, consta de más de 80 obras que dan a conocer la trayectoria del artista, desde sus creaciones de los años setenta del siglo pasado hasta la actualidad

La Lonja de Zaragoza acoge desde hoy, 5 de octubre, y hasta el 31 de diciembre de 2018 la exposición Sergio Abraín. Rompiendo el tiempo, 1974-2018, un recorrido a las variadas creaciones de este artista zaragozano en los últimos cuarenta y cinco años.

Pluma, acrílico, óleo, y técnicas mixtas con materiales diversos sobre distintos soportes y de diferentes tamaños -muchos de ellos de formato grande- componen las más de ochenta obras que dan vida al interior de La Lonja, el marco ideal para mostrar en su conjunto toda la trayectoria artística de Sergio Abraín, desde sus creaciones de los años setenta del siglo pasado hasta la actualidad. La última sala, de hecho, exhibe sus cuadros más recientes, de técnica mixta, realizados expresamente por el artista para esta muestra artística.

Las obras seleccionadas para la exposición de La Lonja se han distribuido siguiendo unas pautas cronológicas pero también personales e íntimas. En Rompiendo el tiempo cada ámbito de la sala refleja la vida y la historia que a Abraín le ha tocado vivir, y el modo en que él las ha reflejado en su manera de hacer pintura. Para el artista, diseñador, publicista, editor, decorador, escaparatista..., creador al fin y al cabo, 'cada proyecto nace con independencia del anterior, como una experiencia nueva sin la necesidad de seguir un discurso único que perdería sentido en una sociedad en la que cada día es una aventura. Sin olvidar cierta coherencia interna que unifique el conjunto de la obra'.

Visitar la exposición es un viaje que parte de un surrealismo onírico en blanco y negro hacia el inicio de los años setenta para encaminarse al surrealismo social y agresivo que expresa con la exaltación del color y la crítica mordaz; luego, el ruido negro, la poética del agotamiento; vienen después los elementos acerados, matéricos, metalíricos, emisores... para alcanzar los espejos y reflejos que cambian y transforman los espacios, la realidad que Abraín ve. Sus últimas creaciones, de 2018, son la suma de todo lo anterior y el inicio de su producción futura.