Zaragoza es hoy nuestra ciudad y se ha ido conformando a lo largo de más de dos mil años de Historia, como una ciudad abierta, acogedora y dinámica.
Desde la íbera SALDUIE hasta la romana CAESAR AUGUSTA, desde la SARAQUSTAH musulmana hasta la ZARAGOZA cristiana, una multitud de pueblos y personas han creado una ciudad que hoy mismo sigue acogiendo a gentes de otros lugares, credos y culturas, sabiendo que esa es una de nuestra señas de identidad más características. En Zaragoza, no queremos que nadie se sienta “de fuera”, y los niños de esta ciudad así lo deseamos y se lo pedimos a nuestros mayores.
Sabemos que en las piedras de la murallas romanas, en los restos de los baños judíos, en la Aljafería musulmana, del trazado de calles y plazas, iglesias y mezquitas, en nuestro propio idioma, en nuestros guisos, juegos, sistemas de riego y usos y costumbres, está la huella de otros momentos históricos en los que culturas, etnias y sentimientos y pensamientos distintos eran capaces de convivir y compartir a lo largo de muchos años y a pesar de muchas dificultades. La tolerancia era en Zaragoza una forma de vivir.
También sabemos que las gentes nacidas aquí o venidas de allá, tienen cosas en común, pero también pensamientos, creencias y costumbres distintas. Nosotros creemos que eso, más que separarnos, nos debe enriquecer y permitir nuevos desarrollos para nuestra ciudad. En los últimos años, como en los más de 20 siglos anteriores, siguen acercándose a Zaragoza personas de otras culturas y países y lo comprobamos cada día en nuestros colegios y calles. Los niños zaragozanos queremos ser el primer eslabón de una cadena de acogida y respeto que, esperamos, continúe con nuestros padres, profesores y las personas que dirigen nuestra ciudad.
Quisiéramos aprovechar esta ocasión única para hacer oír nuestra voz y manifestar nuestra alegría por vivir en una ciudad donde la convivencia y la tolerancia no solo son palabras sino que pretendemos que se manifieste en nuestro comportamiento ciudadano diario. Por ello, pedimos a nuestros representantes públicos que tomen sus decisiones sobre acceso a la vivienda y al trabajo, a los servicios sociales, a la educación y la formación, a los espacios públicos, a la cultura y a la participación, teniendo en cuenta que tenemos ciudadanos entre nosotros que hablan otros idiomas, que aún no conocen nuestras costumbres y han abandonado las suyas y sienten y necesitan de todo nuestro apoyo.
Gracias por escucharnos y darnos esta oportunidad de hablar donde se deciden gran parte de las medidas y normas que afectan a nuestras vidas. Sentirnos y sentarnos aquí representa uno de los símbolos de está ciudad: la tolerancia y la convivencia es posible.
Muchas gracias.
¡SUMANDO CULTURAS, HACEMOS ZARAGOZA!
