21 diciembre 2023

La historia de la Comparsa de Gigantes y Cabezudos de 1964, en una exposición


Hasta el próximo 7 de abril de 2024, los Antiguos Depósitos Pignatelli (Paseo Cuéllar, 4) acogen la exposición "Gigantes y Cabezudos. La Comparsa de 1964", integrada por las figuras que fueron encargadas por el Ayuntamiento de Zaragoza para alegrar las calles en diferentes actividades festivas de la ciudad. Sin duda, uno de los actos más populares de las Fiestas de Zaragoza es la salida de la Comparsa de Gigantes y Cabezudos.

La muestra se compone de los ocho cabezudos realizados por el artista fallero valenciano Modesto González (El Boticario, el Morico, el Robaculeros, el Torero, el Tuerto, el Berrugón, el Forano y la Forana), y los diez gigantes encargados al escultor zaragozano Armando Ruíz  (Don Quijote, Dulcinea, el Duque, la Duquesa, el Rey, la Reina, el Chino, la Negra, Gastón de Bearn y Dama Bearnesa), y que recientemente han sido restaurados.

Esta exposición pretende aproximarnos a la historia de esta Comparsa coincidiendo con su 60 aniversario, así como mostrar la meticulosa restauración llevada a cabo para poner en valor a unos singulares personajes que forman parte de nuestra identidad cultural, unas figuras que nos han acompañado en los principales festejos celebrados en nuestra ciudad.

La historia de la Comparsa del 64

El acto de relevo de la comparsa anterior de Félix Oroz y la presentación de la nueva, tuvo lugar en la Plaza del Pilar el día 7 de octubre de 1964, en un tablado instalado delante de la fachada de la Basílica del Pilar. El evento finalizó danzando los cabezudos antiguos por última vez y quemando a modo de 'falla' los viejos gigantes que portaban su armazón repleto de cohetes. A continuación la nueva comparsa hizo su entrada oficial en la plaza iniciando su primer baile junto a grupos de jota.

Los Gigantes del 64 fueron restaurados en diversas ocasiones hasta su desfile por última vez, el domingo día 10 de octubre de 1999, con la presentación de los nuevos -réplicas de los de Oroz-, en la Plaza del Pilar, acompañados por comparsas venidas de otras ciudades españolas. Su agitada vida pública había hecho profunda mella, por eso el Ayuntamiento los retiró para su custodia y conservación en el Centro de Patrimonio Cultural donde han disfrutado de un merecido descanso.

En 2022 la Unidad Técnica de Restauración del Servicio de Cultura acometió una intervención de restauración de los diez gigantes pertenecientes a la Comparsa de Gigantes y Cabezudos de Zaragoza de 1964: las cabezas, manos, cuerpo de Don Quijote y algunos complementos. La intervención tuvo como objetivo recuperar, por un lado, la integridad física de las figuras, su consistencia mecánica, retirando previamente los elementos deteriorados y consolidando el soporte, y por otro, devolver a las piezas una estética más acorde con el aspecto que tuvieron cuando se crearon en 1964, ya que la acumulación de retoques y repintados había desvirtuado la imagen original.

Intervención de restauración en los Gigantes de la Comparsa del 64

Las figuras de esta exposición, realizadas en cartón-piedra policromado (técnica tradicional para la construcción de cabezas y manos de gigantes y cabezudos), se encontraban en un estado de conservación deficiente debido al continuado uso que habían recibido en sus 35 años de vida, en los que se habían ido sucediendo constantes reparaciones, habituales por otro lado en este tipo de piezas tan expuestas a la manipulación.

La técnica de cartón-piedra consiste en modelar primero la pieza en barro y sacar de ella un molde de escayola, que se separa en dos mitades. Por el interior del molde se van pegando capas de trozos de cartón con cola, adaptándose al relieve de la figura. Una vez secas, se extraen las dos piezas y se unen cosiéndolas con cordel o grapas para formar la figura. Se repasa y lija la superficie para eliminar imperfecciones y rugosidades, se aplica una imprimación, y finalmente se pinta con pintura al óleo y se barniza. 

Los soportes de cartón-piedra tenían agrietamientos, exfoliaciones, pérdidas de materia y grapas y clavos oxidados utilizados para la sujeción de tocados o pelucas. Las policromías presentaban suciedad superficial, oscurecimiento generalizado, levantamiento y riesgo de desprendimiento de capas de reparaciones anteriores, y grietas y pérdidas de estuco y pintura. Las sucesivas repolicromías habían desvirtuado la imagen original de rostros y manos, siendo además pinturas planas sin matices de volumen o claroscuros.

El tratamiento de restauración ha consistido en el desmontaje de algunas pelucas, la limpieza de la suciedad superficial mediante aspiración, la eliminación de elementos oxidados, la retirada de capas sueltas de reparaciones anteriores, la consolidación de exfoliaciones, grietas, roturas y pérdidas de policromía siguiendo la misma técnica de fabricación del cartón-piedra, pero con materiales de conservación (papel de celulosa libre de ácidos y cola de pH neutro), el repintado con pintura acrílica aplicada mediante aerógrafo y la protección final con un barniz acrílico mate.

En cuanto a los complementos, construidos en muy diversos materiales (metal, madera, cuero, pelo, etc), se han reparado las coronas del Rey, la Reina y Gastón de Bearn, las espadas del Rey y Gastón de Bearn, la bandolera que porta la espada del Rey, el puñal del Duque, las pelucas de Dulcinea y la Duquesa, el paipai del Chino y la lanza del Quijote. Por otro lado, se han hecho piezas nuevas, como el olifante y la bandolera para la espada de Gastón de Bearn, la diadema de la Negra y la peluca de la Dama Bearnesa.

La indumentaria de los gigantes, deteriorada también por el uso, presentaba descosidos, rotos y arrugas en los tejidos, que han sido reparados por una empresa especializada en  textil. Además, se han confeccionado algunas piezas nuevas como tocados, pañoletas, etc.

Los armazones que soportan los gigantes se han construido nuevos para esta exposición. Constan de una estructura de madera sobre la que apoya el torso realizado con bloques de poliestireno expandido y al que van anclados los brazos fabricados con tubos de PVC forrados con neopreno.