La receta de la innovación


  • Una pizca de tecnología
  • Una taza de futuro
  • Varias cucharaditas de constancia
  • Un puñado de trabajo
  • Unas gotitas de éxito

Estos parecen ser solo algunos de los ingredientes de la fórmula secreta de la innovación, una receta que poseen solo unos pocos.

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Ellos y ellas son valientes que se atreven a soñar, sin importarles lo que les cueste conseguir su propósito. Las metas de los innovadores son muy distintas, pero todos tienen el mismo denominador común: la innovación para conseguir el éxito.

Jorge, Helena, África, César, Raquel, Pedro, Víctor, Vera, Daniel: estos nombres son el presente y el futuro de la innovación zaragozana. Sus ámbitos de investigación son muy distintos: artístico, científico, tecnológico, empresarial… pero todos están triunfando.


La abuela Maximiliana: inspiración para la innovación tecnológica 

Todo comenzó cuando Jorge Terreu (Zaragoza, 1998) estaba de Erasmus en Francia, mientras estudiaba el grado de Ingeniería Informática. La distancia hacía complicado que su abuela Maximiliana y él pudieran hablar todo lo que querían. Maximiliana tenía entonces 88 años y no le gustaban las tecnologías: era imposible que pudiera videollamar o whastappear a su nieto Jorge. Y se echaban mucho de menos… Así que él tuvo una idea: adaptó un smartphone 'tradicional' a las necesidades de las personas mayores: a las necesidades de su abuela. Este fue el primer móvil Maximiliana. 


Jorge Terreu y su abuela Maximiliana

Esta iniciativa surgió durante el año 2019 y se concretó durante el 2020 en plena pandemia. Jorge donó cinco Maximilianas a personas que estaban ingresadas en el Hospital Clínico Lozano Blesa para que pudieran hablar con sus familiares durante la soledad del confinamiento y del ingreso hospitalario y fue todo un éxito. Esta prueba piloto solidaria fue el inicio de la distribución de las primeras Maximilianas. "En febrero de 2023 ya tenemos 1000 terminales Maximiliana repartidos por España, los cuales registran más de 200 horas de llamadas y videollamadas cada día", cuenta Jorge con una sonrisa de satisfacción. 

Lo que comenzó como un invento para poder hablar con la abuela Maximiliana se ha convertido en una empresa a la que se dedica por completo Jorge y sus siete compañeros en plantilla. "Dos personas se encargan de la logística, dos en márketing, otros dos en el área técnica, una persona en atención al cliente y yo me ocupo de coordinar y supervisar el proyecto". 


Equipo de Maximiliana mostrando los dispositivos móviles

Jorge y su equipo trabajan día a día para mejorar los dispositivos Maximiliana: "Mientras otras empresas se dedican más al negocio, nosotros nos centramos en solucionar el problema", asegura Jorge. Las más de 1000 familias que disponen actualmente de estos dispositivos pueden controlar fácilmente el terminal: desde conocer la ubicación hasta controlar el nivel de batería de la persona mayor que lo tiene. De esta forma, Maximiliana permite fácilmente recibir mensajes -que se leen en voz alta- y responder a llamadas y videollamadas solo levantando el móvil. 

Además, puede que en un futuro cercano los dispositivos Maximiliana tengan compañía. Jorge se muestra cauto al hablar de este proyecto que está en una fase muy inicial: "Estamos diseñando una pulsera de emergencia para las personas mayores". El equipo de Maximiliana está trabajando en diseñar una batería para este accesorio que no se tenga que cargar y dure muchos años. Así, las personas mayores no tendrían que quitarse nunca la pulsera y ofrecería una experiencia más completa al conectarse al móvil Maximiliana. 

La abuela Maximiliana sigue siendo la inspiración de Jorge para facilitar la vida a las personas mayores y de su entorno más cercano a través de la innovación tecnológica. 


Maximiliana y Conchita, community manager de Maximiliana, con el dispositivo


Las proteínas: aliadas para predecir las mutaciones en los seres humanos

¿Te imaginas ser capaz de conocer, incluso antes de que nazcas, si vas a padecer alguna enfermedad a lo largo de tu vida? ¿Y, en el caso de que pudieras padecer esa dolencia, intentar evitar que la sufras? No es ciencia ficción: es realidad. En concreto, es investigación presente y futura. Y lo es gracias a personas como Helena García-Cebollada (Zaragoza, 1994) que trabajan para mejorar nuestra salud. 


Helena García-Cebollada

Helena es biotecnóloga y doctora en Bioquímica y Biología Molecular por la Universidad de Zaragoza, aunque su campo de estudio actual es la Bioinformática Estructural. Pero, vayamos por partes… ¿en qué nos pueden ayudar la investigación e innovación científica en estos campos para mejorar nuestras vidas? 

Esta joven investigadora postdoctoral forma parte del grupo de investigación PROtein Targets and BIOactive COMpoundS (PROTBIOCOMS),  perteneciente al 
Instituto de Biocomputación y Física de Sistemas Complejos (BIFI) de la Universidad de Zaragoza. Helena y sus colegas investigadores están inmersos en el estudio de las proteínas, en concreto, de su estabilidad. 

"Estudiamos si las proteínas de nuestro cuerpo pueden mutar y cómo son ese tipo de mutaciones", explica Helena. Esas mutaciones de las proteínas pueden ser 'buenas' (no patogénicas: no producen cambios negativos para nuestro cuerpo) o 'malas' (patogénicas: pueden producirnos enfermedades). Así, a través del campo de la Bioinformática Estructural que en el que está inmersa Helena, se puede predecir a través de herramientas informáticas la estabilidad (o no) de nuestras proteínas.

Parece que cuando escuchamos la palabra 'mutación' nos vienen a la mente todo tipo de ideas negativas. Pero, como nos explica Helena, una mutación no tiene por qué ser negativa : "Estamos intentando solucionar los problemas de predicción sobre las mutaciones en proteínas que había hasta ahora. Las mutaciones pueden ser neutras -no provocan ni beneficios ni perjuicios en nuestro cuerpo-, patogénicas (negativas para nuestra salud) o positivas (no patogénicas). Sí que es cierto que el porcentaje de mutaciones patogénicas es mayor a las no patogénicas, pero no siempre una mutación tiene por qué ser mala". 

Las herramientas innovadoras en el campo de la Bioinformática Estructural están permitiendo grandes avances en el campo de la salud, ya que a través de la investigación podrán predecir qué va a pasar en nuestro cuerpo. Al final, parece que la la realidad está superando a las mejores historias de ciencia ficción. 

Puedes encontrar los artículos científicos que ha publicado Helena García-Cebollada aquí.

AgroFood4ZeroWaste: los residuos agrícolas como aliados energéticos

Quizás alguna vez te hayas preguntado: ¿cómo comienza un proyecto de investigación científica? En el caso de la iniciativa AgroFood4ZeroWaste, todo comenzó con un café. 

África Navarro, César Gracia, Raquel Raso, Pedro García y Víctor Mercader son cinco ingenieras e ingenieros químicos que han logrado aportar una solución a los residuos agrícolas y ganaderos para proteger la salud medioambiental con su proyecto AgroFood4ZeroWaste. Estas jóvenes promesas de la ciencia aragonesa están inmersas en diferentes investigaciones pertenecientes al Instituto de Investigación en Ingeniería de Aragón (I3A) mientras realizan sus respectivos doctorados.

Aunque sus investigaciones están todas relacionadas con el campo de la Ingeniería Química, cada uno está especializado en un ámbito concreto. Y, gracias a esa charla improvisada donde tomaron ese café, pudieron poner en común sus puntos de investigación -iniciados desde sus Trabajos Fin de Máster (TFM)- y se lanzaron a presentarse al programa europeo InnoUNITA. 

InnoUNITA (From University research to Business) es una iniciativa internaciona abierta al alumnado de la Universidad de Zaragoza, así como a egresados/as. Las personas participantes presentan su idea de negocio, relacionado con la salud, la agronomía y/o el medioambiente. "Tras cursar las sesiones de apoyo de InnoUNITA y madurar la idea, presentamos nuestro proyecto AgrooFood4ZeroWaste a través de nuestra futura empresa llamada DPurines", explican. Y este esfuerzo tuvo su recompensa: su iniciativa quedó en primer lugar en la competición a nivel de la Universidad de Zaragoza y, posteriormente, fue galardonado con uno de los tres primeros premios de la misma competición a nivel europeo.

Este equipo multidisciplinar había conseguido innovar en el campo de la agronomía, consiguiendo lo que otros proyectos todavía no habían logrado: una solución integral a los residuos agrícolas y ganaderos. "Aprovechamos el 100% de los residuos y les damos una solución sostenible que no contamine el entorno. AgroFood4ZeroWaste es un sistema que será capaz de tratar estos residuos obteniendo fuentes de energía alternativas como el biogás, productos como fertilizantes, aguas aptas para el regadío y carbones activos, entre otros", cuentan. Así, no se liberarán gases de efecto invernadero a la atmósfera y se evitará la contaminación de aguas y suelos con los purines. 

Estos ingenieros químicos hacen que suene fácil, pero detrás de esta idea hay muchas horas de trabajo.  No solo han aportado una respuesta integral para que los residuos agroalimentarios no contaminen, sino que los propios purines podrán ayudar a mejorar la producción de los invernaderos que "serán energéticamente autosuficientes a través de placas solares". Además, los excedentes de biogás, bio-oil y electricidad se podrán distribuir a otros clientes, para "generar un valor añadido al proceso". 

A pesar del éxito de Agrofood4ZeroWaste, no tienen un camino fácil. Como revelan, la vida de las personas que se dedican a la investigación en nuestro país no es sencilla, ya que no hay tantas oportunidades y ganan tres veces menos que otros lugares por el mismo trabajo que están realizando ahora mismo. Aún así, no pierden las ganas de seguir investigando e innovando: su fuerza de voluntad hace que AgroFood4ZeroWaste siga adelante, a pesar de la falta de financiación. "Ahora mismo, le seguimos dedicando a esta iniciativa todas las horas extra que podemos, mientras seguimos trabajando en nuestras respectivos grupos de investigación".

(De izquierda a derecha) Pedro García, Raquel Raso, Víctor Mercader, César Gracia y África Navarro investigando 

El arte de contar historias a través de la ilustración

Fluidez, movimiento, naturalidad… estos son solo algunos de los rasgos que caracterizan las obras de la diseñadora gráfica e ilustradora especializada en ilustración infantil, editorial y muralismo Vera Galindo (Sástago, 1995). De hecho, tienes la oportunidad de disfrutar de algunas de sus ilustraciones en las páginas de este número. 

La diseñadora gráfica e ilustradora Vera Galindo 

Vera empezó siendo autodidacta: en sus ratos libres, siempre estaba dibujando. Con el tiempo, se dio cuenta de que "más que ilustrar" le gustaba "contar historias". Pero fue mientras estudiaba el Grado de Diseño Gráfico cuando descubrió, por una actividad de clase, lo que realmente quería hacer. Dibujo analógico, digital, muralismo, impartir talleres, crear murales… Vera es una artista multidisciplinar que ha conseguido dedicarse por completo a su pasión: contar historias. 

A lo largo de estos años ha tenido la oportunidad de ilustrar todo tipo de soportes -tanto álbumes infantiles como revistas o folletos-, ha diseñado campañas publicitarias -digitales y físicas, estáticas, animadas- y ha conseguido llevar 'su mundo' a gran escala a diferentes lugares a través de sus murales.

Mural CEIP Joaquín Costa creado por Vera Galindo

No fue hasta el año 2020 cuando Vera encontró su "punto de seguridad artística", como ella misma lo define. Dos días antes de que comenzara el confinamiento domiciliario por la pandemia de COVID-19, Vera Galindo se enteró de que había conseguido el galardón Premio Apila Primera Impresión 2020 con su obra ¿Cómo lo ves?. "No pude ni celebrar el premio por culpa del confinamiento", nos cuenta riéndose. ¿Cómo lo ves?, escrito e ilustrado por Vera, consiguió ser el mejor álbum infantil ilustrado en la octava edición de este galardón en el que colaboran Apila Ediciones, el Ayuntamiento de Zaragoza y la Escuelas de Arte y la Escuela Superior de Diseño de Zaragoza. 

Portada del álbum ¿Cómo lo ves? De Vera Galindo, galardonado con  el Premio Apila Primera Impresión 2020 (Foto: Ápila Impresiones) 


A esta joven artista multidisciplinar todavía le quedan sueños por cumplir: "Lo que siempre he querido es crear una instalación 360 grados diseñando todo: suelo, paredes, mobiliario…".  Tiene muchos proyectos por delante, pero "ahora mismo estoy enfocada en mi propio estudio de diseño gráfico, Huracán Estudio, donde realizo tareas de ilustración, diseño gráfico y de web y animación", explica. 

El Renacimiento en el arte urbano 

La historia de Daniel Martín (Madrid, 1994) es un ejemplo de cómo Zaragoza atrapa. Daniel es madrileño de nacimiento pero, tras nueve años viviendo en Aragón – muchos de ellos en Zaragoza – ya es maño de corazón. Vino a nuestra comunidad autónoma por amor y ya no se ha ido: aunque ha realizado diversos trabajos en otras ciudades como Barcelona o Valencia, está empadronado en Zaragoza y se siente como un maño más. 

Daniel, al igual que Vera Galindo, pintaba siempre que podía: "Siempre tenía un bolígrafo en la mano para pintar y dibujar: ha sido mi hobby preferido". Además, se considera "un poco renacentista": es diseñador industrial y máster en Arquitectura Efímera, pero también está desarrollando su carrera como artista visual, diseñador y director creativo. Sin olvidar su faceta de emprendedor: acaba de fundar su propia empresa Bozeta Design. 

En la actualidad, Daniel se ha especializado en murales y graffitis y ha participado en festivales como Pirineos Sur, Pinta Malasaña o C.A.L.L.E. Como revela, tímido, "mi próximo sueño es poder participar en el Festival Asalto". Hasta que llegue a cumplir esa meta, Daniel sigue cosechando éxitos… 

Ha logrado alzarse con uno de los premios del certamen Espacio Joven para el Desarrollo Artístico de Fundación Ibercaja con su mural Guernikka, que ilustrará el Community Wall que puede verse desde la calle Fernando el Católico de Zaragoza. Este reconocimiento busca premiar el talento joven aragonés y Daniel Martín lo ha conseguido con su propia representación del mítico cuadro de Picasso, aportando su reivindicación hacia la libertad, la igualdad, la diversidad y el respeto a los derechos humanos. 


Daniel Martín con su mural Guernikka 

"Lo que realmente me apasiona de mi trabajo es estar en contacto con la gente: es muy enriquecedor. Me gusta mucho que una persona pase y me diga cómo le está gustando mi mural o que me acerquen un croissant si han visto que llevo varios días pintando en el mismo sitio… El arte urbano es muy agradecido", reconoce Daniel. Pero también es muy exigente: "Se necesita estar en muy buena forma física para soportar pintar con grados bajo cero o con altas temperaturas, mover los botes de pintura que pesan bastantes kilos…". 
Además, Daniel asegura que "la obra mural va mucho más allá del proyecto final que se ve": esta parte solo es un tercio de la idea. "Los otros dos tercios corresponden a preparar el boceto / diseño que quieres plasmar y el otro tercio es comprar los materiales que vas a necesitar para la obra", explica el artista. 

Como ves, parece imposible conseguir la receta exacta de la innovación… pero en estas cinco historias vemos cómo estos jóvenes han comenzado a recorrer el camino de sus sueños. Un camino que nos muestra cómo la innovación está ayudando a muchas personas a mejorar sus vidas cada día. Y tú, ¿te atreves a innovar?

Marta Blasco

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