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Paula Muñoz

1. Investiga tu destino

Cada viaje es un mundo: no es lo mismo una escapada rural por el Pirineo Aragonés que una visita "cultureta" a Londres. Por eso, antes de comenzar a hacer la maleta, investiga a fondo tu destino final. Cuál es el clima predominante en la época del año en la que vas, qué tipo de actividades se pueden realizar allí, si existen o no restricciones y normas culturales específicas en cuanto a vestimenta…

2. Prepara un itinerario

No basta con conocer a fondo el destino: tendrás que preparar un itinerario en función de la duración y el objetivo de tu viaje, sea el ocio o algo más profesional. Organiza una tabla por días, indicando las actividades que pretendes realizar en cada fecha y los monumentos que te gustaría visitar.

3. Elige la maleta más adecuada

Para viajes cortos, una maleta de cabina o una mochila grande suelen ser suficientes. A la hora de escoger el equipaje puede influir también la naturaleza del viaje o la época del año. Además, una maleta puede convertirse en la mejor compañera de viaje durante muchos años, así que será mejor que escojas basándote en su calidad, resistencia y comodidad.

Un requisito obligatorio para cualquier intrépido/a aventurero/a es familiarizarse con las políticas de las aerolíneas en cuanto a tamaño, peso y número de maletas permitidas tanto en cabina como en bodega, para así evitar cargos adicionales.

4. Haz una lista y recuerda: ¡Menos es más!

Elabora una lista con todo aquello que vas a usar en tu viaje y, por tanto, en tu maleta. Hay básicos, como el cepillo de dientes o el pijama, que solemos olvidar con más frecuencia de la que nos gustaría. Divide la lista en categorías como ropa, objetos personales y documentos para tener una visión global de lo que necesitas y huir de sobrepesos inesperados.

Puede parecer tentador llevarse todas las camisetas "por si acaso", pero la realidad es que menos es más cuando se trata de hacer la maleta. Lo mejor es elegir prendas versátiles que puedan combinarse de diferentes formas y se adapten al clima y las actividades previstas. Y nunca está de más incluir el comodín de cualquier viaje: una "rebequica".

5. La magia del doblado

Aquí es donde entra nuestra en juego nuestra querida Marie Kondo. Su técnica, conocida como "roll-up", consiste en enrollar las prendas en lugar de doblarlas. Esta no solo evita las arrugas en la ropa, sino que también permite acomodar más cosas en el mismo espacio.

La distribución de cada objeto dentro de la maleta también es importante. Así, los artículos más pesados deberán ir en la parte inferior. Además, los organizadores de maletas o 'packing cubes' pueden ayudarte mucho, puesto que separan la ropa por categorías.

6. Regulaciones de líquidos y objetos prohibidos

Si viajas en avión, recuerda que existen restricciones en cuanto a los líquidos que puedes llevar en tu equipaje de mano. Por lo general, deben ir todos juntos en una bolsa transparente, y dentro de envases de menos de 100 mililitros. Además, hay objetos que están prohibidos en el equipaje de mano, como las navajas o tijeras.

7. Llévate un kit de primeros auxilios

Siempre esperamos no necesitarlo, pero es recomendable llevar un kit de primeros auxilios con elementos básicos, como tiritas, antiséptico y analgésicos. Si estás en tratamiento médico y necesitas llevar medicación, asegúrate de tener a mano todas las recetas y permisos necesarios, sobre todo si viajas al extranjero.

8. Deja espacio para el recuerdo

A todos nos gusta comprar algún souvenir o un detalle para nuestros familiares o amigos, un vestigio que nos recuerde lo inolvidable que ha sido nuestro viaje. Las figuras artesanales, los libros o las postales son además una estupenda forma de apoyar la economía local del lugar que visitas. ¡Pero hay que dejar hueco en la maleta para traerlos de vuelta!