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Zaragoza es una ciudad de arte y eso no solamente se ve reflejado en sus calles, sino también en las jóvenes promesas que hay en la ciudad. De prácticamente cualquier ámbito, nada se les resiste a estos artistas que crean verdaderas genialidades a través del baile, la escultura, la pintura, la música y hasta la ficción sonora. Festivales como Rompepuertas o concursos como 4 Artes dan la oportunidad a estos jóvenes de mostrar su obra y quién sabe, quizás en un futuro de ser los próximos herederos de Francisco de Goya, Pilar Bayona, Pablo Serano o Luz Gabás.

Los jóvenes revolucionan los museos en el festival Rompepuertas

Rompepuertas es un proyecto para la participación de los jóvenes en los Museos municipales. La coordinadora del proyecto, Almudena Caso, explicaba que los 25 jóvenes que forman parte del proyecto preparan las ideas que luego ponen en marcha en el museo Pablo Gargallo, museo del Teatro, el Foro y las Termas Romanas llegando incluso a celebrar un desfile de moda que tomó la calle y llamó mucho la atención.

Ruben Ortiz está graduado en Historia del Arte y es uno de estos jóvenes que ha participado dos veces en el festival Rompepuertas. "Pedían perfiles muy distintos dentro del mundo del arte, me ví atraído por la idea y quise probar suerte", asegura Ruben. Durante su primer año se enfocó en la idea de acercar a los jóvenes a la cultura y a los museos de Zaragoza. El segundo año se vio mucho más atraído por la investigación y se enfocó en averiguar por qué los jóvenes no iban a los museos e intentar poner remedio. "Me dediqué a investigar alrededor de la cuestión de ¿Por qué los jóvenes no van a los museos? y el día del festival dirigí una actividad sobre relatos ambientados en Roma que lo hacíamos con aspectos sensoriales, con sonidos, luces y tacto y el proceso fue largo pero mereció la pena", reconocía Ruben.

Un encuentro de artistas en la Feria de Arte Joven

Dentro del Festival Rompepuertas, una de las iniciativas más interesantes es la Feria de Arte Joven, una plataforma de encuentro entre artistas jóvenes y un espacio en el que se exhiben y se da visibilidad a los nuevos talentos de Zaragoza. Laura Sanz fue una de las encargadas de su organización: "Lo que hicimos fue lanzar una convocatoria que promocionamos en redes y con pósters que colocamos en centros educativos. Tuvimos que hacer selección porque no había muchas plazas, al final fueron 22 artistas. El objetivo era crear un espacio para que los artistas jóvenes de muchas disciplinas y estilos diferentes mostrarán y vendieran su obra".

Una de las artistas que formó parte del festival fue Sofía Ozcoz quien sacó a relucir su arte ante todos aquellos que se acercaron al museo. "Yo me dedico habitualmente a tatuar y también hago algún encargo de ilustración. El día de la feria en el museo puse mis ilustraciones y la verdad es que estuvo muy guay porque vino mucha gente, había muchos artistas exponiendo y hasta una chica que tatuaba en directo y pintando un mural".

Un mural que corrió a cargo de Daniel Jiménez Tena, quién asegura que contactaron con él gracias a los trabajos que tenía subidos a su cuenta de Instagram: "Me dijeron si podía hacer este trabajo. Yo encantado de hacerlo y les dije que sí. En cuanto a mi estilo se refiere era totalmente libre, me dieron muchísima libertad a la hora de hacer los bocetos, el diseño e incluso hacer cambios en el mismo mural mientras lo hacía".

Su nombre artístico es Danielo Tena y le gustaría poder dedicarse a ello profesionalmente. Ya ha hecho algunos trabajos de murales, ilustraciones, diseños de libros y portadas de discos y hasta tiene escrito un libro de poesía, aunque lo que realmente le gustaría es dedicarse al tatuaje y al mundo mural. "Tengo otros proyectos en marcha de forma artística y mi plan es de aquí a un año poder ser autónomo y vivir de lo que realmente me gusta. Por ahora vamos consiguiéndolo y espero que Zaragoza me dé la oportunidad para ello", asegura Dani.

Álvaro Villaroya también tuvo la oportunidad de participar en la Feria de Arte, que se celebró en el Teatro Romano. Es uno de los integrantes de Colectivo Z, una asociación que busca el fomento de la cultura joven y de la creación cultural. Creen que en Zaragoza hay mucha gente con talento pero que la falta de medios hace que no se den a conocer. "Nosotros venimos de la idea de que si nos ayudamos entre nosotros y tenemos una estructura con la que establecer contactos con gente es más fácil hacer cosas. Para ello, hacemos eventos y creaciones propias. No buscamos beneficio económico sino conseguir donaciones para sacar adelante proyectos".

La experiencia en la Feria la recuerda como muy positiva ya que pudieron conocer a un montón de artistas y en definitiva Álvaro asegura que se trata de "un espacio espectacular para promocionarse y darnos a conocer".

Una mágica fusión artística en el concurso 4 Artes

Ya alertaba al principio que Zaragoza es arte en todos los sentidos. Un buen ejemplo de ello se ve reflejado en el concurso 4 Artes, cuyo principal objetivo es destacar el papel de la juventud en el arte, visibilizar su talento y ofrecer espacios donde se pueda disfrutar de sus obras. Organizado por Zaragoza Joven, aquí se entremezclan las cuatro grandes artes por excelencia: pintura, fotografía, literatura y danza.

En la parte literaria, Cris Rivero se alzó con el primer premio por su poema Dédalo. Conoció el concurso a raíz de haberlo visto anunciado por la ciudad y este año se decidió a participar enviando dos poemas. "Cuando me enteré que había sido finalista me emocioné mucho y cuando vi que había ganado fue una locura", reconocía Cris.

Estudió escritura creativa de adolescente y lleva un par de años trabajando en la asociación Noches de Poemia. La poesía es un género en el que se siente muy cómoda y que le valió el reconocimiento del jurado. "Gané el premio con mi poema Dédalo, un poema que surge de la idea de vaciarte hasta poder ser lo suficiente libre para irte. Utilicé la palabra madre usándola como figura retórica, no como mi madre real y es como el ir quitándose todo eso que te ha hecho daño hasta poder alzar el vuelo".

Tal y como ella misma asegura, se llama Dédalo porque parte de la historia de Dédalo creando a su hijo Ícaro unas alas. Cómo voló muy cerca del sol, las alas se le derritieron y se muere y de ahí surge el verso de "hazme unas alas que me permitan volar sin derretirme"".

Un reconocimiento a la labor de los/as jóvenes creadores/as

Otra de las plataformas para jóvenes artistas es CREAR, una convocatoria anual realizada por el Instituto Aragonés de la Juventud que tiene como objetivo premiar y promocionar la labor de los jóvenes creadores aragoneses.

Tiene dos modalidades principales de participación. Por un lado está la artística, en la que hay cabida para todo tipo de obras de arte como pintura, escultura, visuales, diseño, danza, teatro, música, literatura o cualquier tipo de expresión creativa. La otra modalidad es la tecnológica, destinada a todo tipo de trabajos de ciencia aplicada a la creación digital, ingeniería informática, robótica, videojuegos o cualquier otra que tenga algo de relación con las nuevas tecnologías. En esta segunda modalidad se buscan especialmente aquellos proyectos que mejoren la calidad de vida de las personas o que tengan una relación directa con la gestión del tiempo libre juvenil.

Durante el certamen celebrado en 2022, Aurora Martínez y Marta Villarte se hicieron con el tercer premio por la ficción sonora documental Sueños de agua y sal. "Se trata de una serie de podcast de ficción sonora documental que está inspirada en cinco historias reales de mujeres que tuvieron que venir a España. Lo que hacemos es combinar historias reales con la ficción sonora, para descubrir un pedacito de sus vidas de una manera diferente y las dificultades a las que se enfrentan".

Ellas mismas reconocen que no son "la voz de esas mujeres" sino que simplemente son un altavoz para que se conozcan esas realidades, un pedacito de esas historias que son muy complejas que para ellas "ha sido muy gratificante ver que el proyecto haya sido reconocido aquí".

Junto a su compañero Miguel Remiro, Aurora también fue galardonada por Goya, el último capricho. Se trata de un proyecto transmedia en el que relatan la historia de Rosario Weiss, la que fue ahijada de Goya y aprendió con él a dibujar de pequeña. Tal y como explicaba Miguel, "utilizamos la ficción para contar la historia real de esta pintora que era muy talentosa y que es poco conocida y para contar el significado de las pinturas negras de Goya".

Para llevarlo a cabo, tuvieron que documentarse mucho y entrevistaron a los mayores expertos en el tema en toda España. Esta producción se puede escuchar dentro del Museo Goya de Zaragoza, algo que para ellos supone todo un orgullo. "Son 15 capítulos, hay más de 26 actores que participan, las ficciones las enfocamos como si fuera una serie para Netflix, pero quitándole la imagen. Intentamos que el espectador se meta de lleno en la trama a través del sonido". Para conseguirlo utilizan muchos planos de sonido y ambientación que le dan un sentido. Cuando recibieron el premio les hizo mucha ilusión ya que el hecho de que premien a una ficción sonora "no es muy normal y que en Bosnerau [la productora que comparten] tuviésemos dos premios es muy importante", concluye Miguel.

Dédalo, de Cris Rivero