Claudia Polo: "Soy de las que piensa que se puede bailar en la cocina"
Claudia Polo (Zaragoza, 1999) es todo un fenómeno en el mundo de la gastronomía. Lo suyo es puro arte y desparpajo y, desde sus redes sociales, ha conquistado ya a cientos de seguidores (199K en TikTok y 107K en Insta al cierre de esta revista). Con su propia cocina como base de operaciones ha roto moldes y, entre sus muchos logros, su nombre figura entre los '100 jóvenes Talentosos de la Gastronomía 2022', una lista que elabora el Basque Culinary Center. Y es que Claudia demuestra que es posible "bailar en la cocina", allí donde combina sus dos grandes pasiones: la comida y la música.
Plato favorito: la fritada de calabacín de su madre.
Grupo musical preferido: Calavento.
Elisa Navarro
Instagram y TikTok: @soulinthekitchen
¿Cómo comenzó tu flechazo con la cocina y tu tirón en redes?
Estudié gastronomía en San Sebastián hace seis años y empecé a subir vídeos a Instagram como un autodiario. Desde entonces no he parado. Cada vez me lo curro un poquito más y mi comunidad va creciendo. La pandemia fue un buen empujón. También la publicación de mi primer libro 'Mañanitas: Desayunos y rituales' ilustrado por Blasina en 2021.
Las redes son tu altavoz para llegar a miles de personas… ¿Asusta?
Sí, siento responsabilidad. Por suerte, ha sido muy progresivo. Eso sí, algo que me parece importantísimo para todas las personas que trabajan en redes es formación y formación. No hablar de lo que no sabes.
¿En qué piensas cuando grabas un vídeo?
Confío bastante en que lo que cuento tiene un sentido y una intención. Por pequeño que sea lo que genero... Por ejemplo, que alguien cocine cuando antes no lo hacía o que además de aprender una receta cojan herramientas para transformar alimentos, comprar, valorar un producto sin procesar… Si no fuese así con todo lo que conlleva la exposición no lo haría. No me quejo pero también es agotador.
¿Te reconocen por la calle?
Sí. Todo el mundo es muy amable y encantador, pero lo llevo un poco regu. Al principio me daba vergüenza que me vieran comprando detergente en el súper como cualquier mortal. Creo que la clave está en intentar hacer de mi trabajo algo que me permita vivir sin volverme majara. No me gusta estar 12 horas con el móvil, pero…me da de comer.
¿A quién te imaginas al otro lado de la pantalla?
Tengo claro que me dirijo a gente más o menos de mi edad, que lidian con el siglo XXI e intentan comer más o menos bien.
¿Cuántas cosas haces?
Soy autónoma… creo que lo resume todo. Mil cosas. Gracias a las redes he creado Soul in the Kitchen como marca y, a partir de ahí, mis propios seguidores se convierten en clientes. Hago retiros de cocina, clases online, talleres, charlas, conciertos con menú…
Además, voy semanalmente a la radio, escribo para El País y El Comidista, diseño recetas para terceros o hago vídeos parecidos a los de mi canal para marcas de leche, macarrones…
¿Qué triunfa en redes?
A veces, algo tan básico como unas lentejas estofadas. Las croquetas y el queso siempre lo petan. Funcionan visualmente y el algoritmo lo sabe. Aunque intento mantenerme alejada de eso porque si no te vuelves loca y pierdes el norte.
Hoy en día comer bien es un reto…
Hay poco tiempo, mucha desinformación y la sensación de que todo va muy rápido. Cocinar no entra en nuestras prioridades. Evidentemente, tenemos muchas más opciones de no hacerlo y la industria se frota las manos. Gastamos más dinero que nunca en comer, pero creemos que los huevos ecológicos son carísimos.
¿Un consejo para mejorar la relación con la comida?
En general, cocinar desde cero ya es buen paso para comenzar. Visualizar los ingredientes, saber lo que cuesta cocinar, comprar... Da pereza, pero luego se convierte en un pequeño oasis, os lo prometo. Mi consejo es priorizar siempre productos naturales, comer mucha verdura, legumbre…
¿Qué es cocinar para ti?
Mucho amor. Cocinar tiene mucho poder. Los alimentos absorben nuestra energía al ser cocinados y tienen historias. Lo que más me gusta del mundo es invitar a gente a mi casa y cocinar durante toda la mañana. Disfruto mucho de eso.
Comer es algo mucho más grande que lo que te llevas a la boca y son muchas las variables que intervienen… La parte cultural, histórica o medioambiental relacionada con la comida me fascina.