La ciencia también es cosa de mujeres


Ciencia y Tecnología

La ciencia es el motor del cambio y el progreso, una disciplina amplia y diversa que ha hecho posibles los avances más notables de la humanidad. A la investigación científica le debemos el aumento de la esperanza de vida y la posibilidad de vivir en condiciones más sanas, más higiénicas y más confortables.

La reducción de las enfermedades, la posibilidad de viajar a cualquier lugar del mundo, el uso de la electricidad, la televisión, los móviles, los ordenadores… Todo ello ha sido posible gracias a las diferentes áreas de la ciencia, tantas y tan diversas que resultaría imposible mencionarlas todas.

Históricamente, las distintas profesiones científicas han estado mayoritariamente ocupadas por hombres, especialmente en la época en la que la mujer estaba relegada al cuidado del hogar y de los hijos, sin opciones de desarrollar una carrera profesional. Con la progresiva introducción de la mujer en el mercado laboral, esta situación comenzó a cambiar, aunque costó muchos años que dejasen de considerarse la ciencia y la tecnología como profesiones de hombres.

Los estereotipos tradicionales consideraban que a las mujeres se les daban mejor la comunicación, los idiomas, las profesiones de carácter social y las que tenían que ver con los cuidados. Este tipo de prejuicios han ido perdiendo fuerza con el paso de los años, aunque aún se observan sus efectos sobre las jóvenes.

Según un estudio elaborado por el Ministerio de Educación en 2020 y basado en los resultados del informe PISA, solo un 7,3% de las estudiantes creen que trabajarán en una carrera del ámbito de las ciencias y la tecnología a los 30 años, frente al 16% de los chicos. La situación cambia cuando hablamos del ámbito de la salud, ya que en este caso el 20,2% de las estudiantes se ven trabajando en ello a los 30, frente al 8% de los chicos.

EN EL CAMINO HACIA LA IGUALDAD REAL

La lucha de los movimientos feministas, la promulgación de leyes que buscan unas condiciones laborales más igualitarias y el progresivo cambio de mentalidad de la sociedad han favorecido que las mujeres cada vez tengan un mayor protagonismo en las carreras científicas. De hecho, las jóvenes científicas ya perciben el cambio, aunque algunas consideran que todavía queda camino por recorrer.

"Yo no he encontrado ninguna dificultad adicional y creo que a día de hoy las cosas han mejorado mucho y que ahora la mujer tiene un papel en la ciencia muy similar al del hombre", opina la biotecnóloga aragonesa María Sancho Albero, investigadora postdoctoral en el Instituto de Nanociencia y Materiales de Aragón (INMA). "En el caso de los investigadores principales, que son los responsables del grupo, quizás se ven ciertos cargos más ocupados por hombres, aunque realmente cada vez hay más mujeres liderando grupos de investigación", agrega, considerándolo una cuestión generacional porque "antes sí que había más hombres que se dedicaban a esto y por lo tanto se ha ido arrastrando".

En la misma línea se expresa la química María Galiana Cameo, investigadora en la Universidad de Zaragoza, que asegura no haber sentido "jamás una discriminación por parte de ningún compañero", aunque advierte que "sí que puede haber algo de discriminación a la hora de alcanzar un puesto de responsabilidad", especialmente en los casos de mujeres jóvenes en edad de tener hijos. "Al final los hijos pueden partir un poco tu carrera científica porque tienes que salir del laboratorio y eso se nota porque tienes un parón", señala, pero añade que "al igualar la baja paternal a la maternal se ha ganado mucho". Afirma además sentirse contenta porque "a la cabeza de la investigación ya hay bastantes mujeres y eso es algo que me alegra".

Algo más cauta se muestra la biotecnóloga Paula Guerrero López, investigadora en el Instituto Universitario de Investigación en Ingeniería de Aragón (I3A) y doctoranda en Ingeniería Biomédica en la Universidad de Zaragoza, que considera que aunque "cada vez más mujeres llegan a altos cargos, los más relevantes y sobre todo los que llevan ya bastante tiempo siempre suelen estar ocupados por hombres, por lo que en ese sentido sí que se ve bastante desigualdad". Resalta que "es un entorno que está cambiando y va repuntando un poco la presencia femenina, pero hasta día de hoy el papel de la mujer era otro" y valora que "muchas veces cuesta que te tomen en serio como mujer".

GRANDES CIENTÍFICAS OLVIDADAS POR LA HISTORIA

Tal vez uno de los mayores asuntos pendientes de la ciencia sea la invisibilización de los logros de las mujeres a lo largo de la historia, las grandes investigadoras olvidadas en los libros de texto. A excepción de Marie Curie, pocos son los nombres de mujeres científicas que se mencionan en los colegios, pese a haber realizado algunos de los mayores descubrimientos de la humanidad. "Nosotras somos las que estamos detrás de muchas cosas, pero la cara visible siempre ha tendido a ser un hombre", apunta Paula.

María Galiana pone el ejemplo del descubrimiento de la doble hélice de ADN. "En los libros siempre se mencionaba a Watson y Crick, jamás aparecía ningún otro nombre", comenta, cuando las contribuciones de Rosalind Franklin fueron fundamentales para llegar a realizar el descubrimiento.

Por su parte, María Sancho hace hincapié en que en España también "tenemos la fortuna de poder nombrar a grandes investigadoras, como María Blasco, que estudia la relación de los telómeros de los cromosomas con el envejecimiento y con el cáncer, o Margarita Salas, que es toda una referencia" incluso a nivel internacional. "En nuestro país tenemos grandes investigadoras a las que se les puede dar su lugar y poner como ejemplo, al igual que a grandes investigadores", añade.

DAR A LA INVESTIGACIÓN LA IMPORTANCIA QUE MERECE

Algo en lo que también se muestran de acuerdo las tres investigadoras es la necesidad de reconocer más la labor investigadora en nuestro país, ya que, como nos cuenta María Galiana, "a nivel de financiación muchas veces nos vemos obligados a irnos y los salarios no tienen nada que ver" con los que se ofrecen fuera de España, aunque destaca que "en Zaragoza en concreto tenemos mejores instalaciones e infraestructuras que en sitios donde he estado en el extranjero".

Por eso, es importante recordar la importancia de la investigación a las instituciones y a la población en general, empezando por los más jóvenes. "Es fundamental acercar la ciencia a los coles", señala María Sancho, "sobre todo para fomentar y atraer el talento de jóvenes investigadoras e investigadores que a lo mejor no se lo planteaban".

Y aunque todavía quede mucho camino por recorrer en materia de igualdad, de reconocimiento, de financiación y de buenas condiciones laborales para los científicos de nuestro país, Paula Guerrero no duda en lanzar un mensaje de ánimo a las jóvenes que se estén planteando ser científicas: "Yo les diría que si es su sueño y si es lo que quieren, adelante. Que estén siempre abiertas a aprender y a escuchar a los demás, pero que no se dejen pisar nunca, que hagan las cosas como ellas crean y que tengan confianza en sí mismas".

 

Dada la importancia de promover el interés por la ciencia entre las estudiantes, en los últimos años se han desarrollado numerosos proyectos para fomentar los estudios STEAM (Science, Technology, Engineering, Arts and Maths). En Zaragoza, un ejemplo son la campaña Soy Científica. Vivo en tu barrio y el proyecto Abriendo brecha del IES Virgen del Pilar.

Soy Científica. Vivo en tu barrio es una iniciativa organizada por la Universidad de Zaragoza que el pasado 11 de febrero, en conmemoración del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, celebró su cuarta edición. Se trata de una exposición de fotografías de 11 investigadoras que trabajan en la UZ en diferentes situaciones cotidianas, cuyo objetivo es romper con los estereotipos y proporcionar a las niñas referentes reales y cercanos en los que puedan verse reflejadas.

Por su parte, el proyecto Abriendo Brecha. Historias de mujeres en la FP Industrial, ha sido creado por el IES Virgen del Pilar para visibilizar la historia de las mujeres que estudiaron ciclos formativos de la rama industrial en una época en la que no era nada habitual. Además, también cuentan las historias de mujeres que actualmente trabajan en este sector, todavía mayoritariamente masculino. El pasado 2023, este proyecto fue reconocido con el premio de la Alianza STEAM por el talento femenino, otorgado por el Ministerio de Educación.


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