Trampantojo

Arte del Paisaje
Autor/es
(Pintora)
Pilona Vicente (Zaragoza, 1955) estudió Arte y Decoración. Tras finalizar sus estudios entró a trabajar a un estudio de decoración, para posteriormente trasladarse al taller de cerámica que tenía su hermano en Cariñena. Un año después vuelve a Zaragoza, abriendo, junto a sus hermanos, su primer taller en 1977 en la calle Sepulcro. En los años 80 se establece en solitario, iniciándose por aquel entonces en el mundo del trampantojo a la vez que desarrollaba una fórmula más comercial en la que aplicaba la pintura a diversos objetos de artesanía. Fue con la decoradora María Forcada cuando Pilona empezó a desarrollar en profundidad el arte del trompe l¿oeil, basándose en los ejemplos contemporáneos y especialmente en el desarrollado por Graham Rust. Actualmente, la pintora se encuentra centrada en su personal creación artística que desarrolla en su vivienda-estudio de Torrero.
Emplazamiento
Calle Sepulcro
Periodo
[2001-] Siglo XXI
Cronología

Realización de la obra entre diciembre de 2008 y marzo de 2009.

Promotor
Ayuntamiento de Zaragoza
Propietario
Ayuntamiento de Zaragoza

Una vez que las brigadas municipales hubieron reparado y adecuado la tapia, Pilona se dispuso a realizar su obra, una obra que inicialmente se había planteado como un sencillo trampantojo, pero a la que finalmente dio una mayor complejidad por las implicaciones sentimentales que para ella tenía este rincón en el que tanto tiempo había pasado durante sus primeros años en el mundo artístico. El planteamiento de la obra era reproducir en la superficie de la tapia un jardín con el que simulaba la prolongación en el exterior de la rosaleda del Convento de San Nicolás: Una tapia de ladrillo sobre la que representaba un radiante paisaje primaveral protagonizado por frondosos setos y cipreses, alternando los motivos vegetales con fuentes, superficies cerámicas y algunos guiños como la representación de su propio perro o de una pareja de felinos, con los que hacía referencia a la numerosa tribu gatuna que recorre la zona.

Este peculiar Edén no era una temática extraña para la pintora puesto que, siguiendo la sensación de bienestar y alegría que le transmite el jardín de su casa, la había cultivado con cierta frecuencia. La técnica empleada por la artista para realizar este tipo de trabajos consiste en esbozar el esquema general de la composición sobre el muro, sirviéndose de plantillas para reproducir los diferentes motivos que forman la obra, que pinta sirviéndose de esponjas y pinceles. El efecto conseguido en la tapia es de gran realismo, todo un alarde del dominio que la artista tiene en la práctica del trampantojo, pero más importante aún es la vitalidad que consigue trasladar a este recoleto lugar y que no es sino consecuencia del propio carácter entusiasta de la pintora. Además, la obra se mantiene a salvo de las pintadas así como de otro tipo de ataques, lo que demuestra la buena acogida que ha tenido entre los vecinos y ciudadanos que pasean por la zona.

Una vez que las brigadas municipales hubieron reparado y adecuado la tapia, Pilona se dispuso a realizar su obra, una obra que inicialmente se había planteado como un sencillo trampantojo, pero a la que finalmente dio una mayor complejidad por las implicaciones sentimentales que para ella tenía este rincón en el que tanto tiempo había pasado durante sus primeros años en el mundo artístico. El planteamiento de la obra era reproducir en la superficie de la tapia un jardín con el que simulaba la prolongación en el exterior de la rosaleda del Convento de San Nicolás: Una tapia de ladrillo sobre la que representaba un radiante paisaje primaveral protagonizado por frondosos setos y cipreses, alternando los motivos vegetales con fuentes, superficies cerámicas y algunos guiños como la representación de su propio perro o de una pareja de felinos, con los que hacía referencia a la numerosa tribu gatuna que recorre la zona.

Este peculiar Edén no era una temática extraña para la pintora puesto que, siguiendo la sensación de bienestar y alegría que le transmite el jardín de su casa, la había cultivado con cierta frecuencia. La técnica empleada por la artista para realizar este tipo de trabajos consiste en esbozar el esquema general de la composición sobre el muro, sirviéndose de plantillas para reproducir los diferentes motivos que forman la obra, que pinta sirviéndose de esponjas y pinceles. El efecto conseguido en la tapia es de gran realismo, todo un alarde del dominio que la artista tiene en la práctica del trampantojo, pero más importante aún es la vitalidad que consigue trasladar a este recoleto lugar y que no es sino consecuencia del propio carácter entusiasta de la pintora. Además, la obra se mantiene a salvo de las pintadas así como de otro tipo de ataques, lo que demuestra la buena acogida que ha tenido entre los vecinos y ciudadanos que pasean por la zona.

Clave Iconografía Clave Materiales Clave Temática
Animales
Pinturas
Arte del Paisaje
Autor de la Ficha
Mª Luisa GRAU TELLO
Bibliografía
SORIA C., "Los gatos del Sepulcro", en El Periódico de Aragón, 23 de febrero de 2009.