Patos en vuelo, posándose en el agua

Arte del Paisaje
Autor/es
(Escultor)
Nacido en Castrejón de Trabancos (Valladolid) en 1938, Manuel López García emigró muy niño con su familia a Madrid, donde aprendió el oficio paterno de herrero y en la Escuela de Artes y Oficios "La Paloma" recibió una formación profesional como forjador y soldador. Pronto empezó a desarrollar una intensa actividad artística, que primero compaginó con un trabajo de chapista, pero en seguida se dedicó por completo a la escultura, animado por los éxitos en varios certámenes: en 1968 y 1969 sendas medallas de bronce y oro en el Concurso Barreiros, en 1972 1er premio de Escultura Villa de Móstoles, en 1973 1er premio en la Exposición Nacional de Belenistas de Valladolid, en 1974 medalla de bronce Picasso de Málaga, en 1977 premio Mutua Gral. Deportiva en la VI Bienal Internacional del Deporte en el Arte. Luego dejó de participar en concursos, para concentrarse en encargos de escultura pública, entre los que cabe citar ejemplos en Cuellar (Segovia), Madrid, Madrigal de las Altas Torres (Ávila), Medina del Campo (Valladolid), Olmedo (Valladolid), Oropesa de Mar (Castellón), Sabiñánigo (Huesca), Valterra (Navarra), Valladolid y Zaragoza. También ha cultivado la escultura en formato pequeño, siempre con temas figurativos, a menudo inspirados en temas religiosos, en obras de grandes maestros o en la tauromaquia.
Emplazamiento
Lago en el Parque Tío Jorge
Periodo
[1976-2000] Último cuarto del siglo XX
Materiales
Hierro forjado sobre base de hormigón
Dimensiones

Pedestal de hormigón: 0,7 x 0,73 x 0,5.

Patos 1 (los tres patos que hoy existen, originalmente sería el doble de altura) x 1,7 (anchura máxima) x 1,25 (profundidad máxima)

Cronología

1979

Promotor

Ayuntamiento de Zaragoza, Servicio de Parques y Jardines

Propietario
Ayuntamiento de Zaragoza
Inscripciones
M. Lopez. 79(en el ala de uno de los patos)
En 1975 Manolo López había ganado con una esculturilla de patos el premio de la sección escultórica en la II Exposición Nacional de Jardinería y Arte Floral, celebrada en Zaragoza. El tema gustó mucho a Rafael Barnola, ingeniero jefe del Servicio de Parques y Jardines, responsable del diseño del Parque Tío Jorge, donde a la sazón estaba construyendo un lago ornamental, así que le encargó decorarlo en el centro con una escultura que representara una bandada de patos de tamaño natural que, según le propuso -e incluso se los dibujó así-, alzarían el vuelo formando un ángulo agudo con la superficie de la balsa y, como en tantas ocasiones, su deseo era que la escultura sirviese de fuente ornamental, añadiéndole un surtidor de agua. Por razones de estabilidad, al escultor prefirió distribuir las aves en acumulación vertical y, para mayor naturalismo, las representó posándose en el agua, de manera que al frenar con las alas y con las palmas extendidas las de más abajo parecen salpicar lanzando agua hacia atrás. A la larga, este chorro de agua ha resultado ruinoso para la conservación del hierro, perdiéndose algunas figuras de patos, de las que sólo se conservaban tres in situ, y en muy mal estado; por eso han sido restauradas en el verano de 2007 por el Servicio de Parques y Jardines, que conservaba las figuras perdidasy las ha soldado, arreglado y repintado.

La composición es un alarde de movimiento en equilibrio, lo que ha comportado gran fragilidad para la pieza, atacada por el agua y los fuertes vientos, pero que en esta ocasión no ha podido resolverse con una versión en bronce, porque el peso hubiera sido incompatible con la gracilidad del conjunto, expresamente calculada para chapa de hierro, lo mismo que el Monumento al Golfista que el propio Manolo López realizó para el Club de Golf La Peñaza. Las figuras de las aves están trabajadas con ondulantes perfilados muy geométricos, sin caer en pormenores naturalistas que no hubieran podido ser apreciados por el espectador desde la distancia que imponen las aguas del lago; esos detallismos se añadieron con posterioridad, cuando fueron pintadas de forma realista (el cuerpo de blanco, el cuello de azul, el pico y las patas de marrón, los ojos con un toque de blanco). Pero el efecto de conjunto ha seguido siendo igualmente muy poético, especialmente en los momentos en que, por ser época de emigración, no hay más pájaros en el lago que los de este grupo escultórico: entonces estos patos de hierro se ofrecen a ojos del observador como nostálgico recordatorio estático de esa móvil población natural.

Clave Iconografía Clave Materiales Clave Temática
Animales
Agua Metal Hormigón
Arte del Paisaje
Autor de la Ficha
Jesús Pedro LORENTE
Bibliografía
  • ABAD ROMÉU, C. et al, Inventario de Bienes Histórico - Artísticos del Ayuntamiento, Zaragoza, 1995, p. 334
  • VALTECSA: Inventario de los monumentos en la vía pública, Zaragoza, Ayuntamiento de Zaragoza, 2000 (nº 192 del inventario).