22 noviembre 2021

El Distrito Centro se suma a la campaña municipal "Zaragoza no es un cenicero"

Hoy se ha realizado, en dos puntos de la Junta de Distrito que preside Carolina Andreu, el reparto de cientos de pequeños recipientes ignífugos que permiten apagar y guardar las colillas

La Junta Municipal del Distrito Centro de Zaragoza ha repartido esta mañana, en dos puntos del centro de la ciudad, monederos ignífugos que permiten apagar y guardar las colillas. El objetivo, según ha explicado su presidenta, Carolina Andreu, es apoyar la campaña “Zaragoza no es un cenicero” impulsada desde el Área de Servicios Públicos y Movilidad.
“La conciencia por evitar residuos en la ciudad y contribuir en la mejora del medio ambiente es obligación de todos los ciudadanos. Hoy -ha explicado Andreu- hemos querido concienciar a los zaragozanos del Distrito Centro con el reparto de estos ceniceros. Queremos que el Centro, al igual que el resto de la ciudad, esté limpio en beneficio de todos”.

Una colilla puede contaminar 50 litros de agua

Aunque habitualmente no se es muy consciente de ello, al tratarse de un residuo a priori “pequeño”, arrojar las colillas al suelo genera un importante daño medioambiental y de salud pública. Una sola colilla contiene más de 70 sustancias cancerígenas y contamina 50 litros de agua dulce y 10 de agua salada. Muchas colillas acaban en los ríos de la ciudad y pueden llegar al mar. Además, muchas personas no saben que las colillas representan el 40% de los residuos que se recogen en la calle por los servicios de limpieza pública.

Tanto los filtros como el humo de los cigarrillos contienen altos porcentajes de cadmio, un metal tóxico tanto para la salud como para el medio ambiente, por lo que algunos especialistas incluso recomiendan su tratamiento como residuos peligrosos.

Aunque la ordenanza municipal de Limpieza Pública, Recogida y Tratamiento de Residuos de Zaragoza sanciona (artículo 19) arrojar en la vía o espacios públicos “pequeños residuos” como las colillas, la realidad es que muchos fumadores mantienen la mala costumbre de tirarlas al suelo.

El objetivo de esta campaña, que arrancó en toda la ciudad hace unos meses en colaboración con FCC, es concienciar y educar sobre este problema en Zaragoza, así como sus consecuencias para la salud y para el medio ambiente.