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La comunidad turca que reside en la capital aragonesa, no son más de cincuenta, quiso agradecer ayer a los Bomberos de Zaragoza las labores de rescate realizadas en Turquía tras los terremotos que han asolado el país dejando miles de víctimas.

Los siete bomberos desplazados a Turquía, quienes regresaron el pasado sábado tras jornadas sin descanso de trabajo y rescatar a una mujer de 62 años bajo los escombros, se reunieron ayer con la comunidad turca. Con mucha emoción y sin poder contener las lágrimas, los vecinos/as turcos de la ciudad trasladaron su profundo agradecimiento y obsequiaron a los bomberos con dulces y comida tradicional de su país. 

"Son ángeles sin alas", ha dicho Gungor Ekinci, que reside en la capital aragonesa Zaragoza con sus dos hijos y ha asegurado que aunque toda su familia en Turquía está bien, eso ahora significa estar vivos tras un terremoto que ha sido la "catástrofe del siglo".

"Hay muchos niños sin padres, muchos padres sin hijos, muchas familias sin casas", ha lamentado, al tiempo que ha mostrado su gratitud hacia todos cuántos se han desplazado a Turquía a ayudar en esta catástrofe, en especial a los Bomberos. "Ojalá que toda la geste de mi país se recupere pronto", ha subrayado.

Por su parte, el jefe de expedición, Quique Mur, quien ha dado a todos la bienvenida al parque de Bomberos, ha mostrado también su gratitud hacia ellos. "Nos sentimos profundamente agradecidos de haber podido ir allí y haber ayudado" en una situación muy complicada, ya que aunque se ponga toda la profesionalidad y voluntad "no siempre triunfa", y aunque su labor fue positiva -al rescatar a una mujer de unos 60 años-, les habría gustado tener "más oportunidades de hacer cosas".