Presupuestos Participativos 2018-2019

La proliferación de perros en la ciudad como animales de compañía junto con la falta de civismo de muchos de sus dueños (afortunadamente la mayoría retira los excrementos, aunque no conozco a nadie que limpie los orines), hace que sea imposible pasear por las calles de nuestra ciudad sin encontrar excrementos y orines de perro continuamente; por no hablar de las zonas verdes y zonas en las que los perros pueden ir sueltos en determinadas horas, que se han convertido en lugares insalubres. A mi me parece muy bien que muchas personas quieran tener un perro como mascota, pero me parece igual de bien que las personas tengamos derecho a disfrutar de una ciudad limpia de excrementos y orines de perro. Pienso que falta mucha educación y quizá algo más de disuasión.

El objetivo es conseguir una ciudad con calles y parques limpios tanto de excrementos de perro como de sus orines. Es lamentable que se hagan campañas educativas y se destine dinero público para conseguir que no se tire un papel al suelo y tener una ciudad limpia (vaya por delante que estoy de acuerdo con ello), y a la vez se tolere que todos los perros de la ciudad utilicen las calles y jardines como urinario público, y todavía muchas personas no se responsabilicen de los excrementos de sus mascotas. Me resulta curioso que muchas personas expresen lo bien educado que está su perro, y no se planteen adiestrarle para que haga sus necesidades en casa, antes de salir al ¿paseo¿, y así evitar ensuciar la calle.

Con esta propuesta nos beneficiamos TODOS los ciudadanos por varios motivos: evitaríamos la insalubridad que supone la existencia de excrementos y restos de orines en las calles y jardines de nuestros barrios, además de no tener que pasar por la desagradable experiencia que supone pisar alguno de ellos si decides andar con la vista al frente. Además ahorraríamos dinero público ya que evitaríamos el deterioro que sufren bienes materiales de la ciudad por la acumulación de orines y el tener que destinar recursos a su limpieza. Personalmente me parece inhumano que los empleados del servicio de limpieza municipal tengan que retirar excrementos de las calles, por no evitar que existan.

Propongo dos líneas de actuación, por un lado la teóricamente más importante que es la educativa, para lograr que los dueños de perros se responsabilicen de no ensuciar la ciudad. Si yo voy por la calle tirando pintura al suelo, la culpa de que se manche la calle es mía y no de mi bote de pintura. Por otro lado la que a la vista de la realidad quizá sea la más efectiva, y es el hacer más hincapié en la sanción de estas prácticas incívicas. No es lógico que en otros muchos aspectos de las relaciones vecinales se sancionen a diario las malas acciones, como puede ser estacionar un vehículo incorrectamente, y sin embargo se toleren todos los días miles de infracciones sancionables según las ordenanzas municipales, que incluso en su propia redacción parecen querer camuflar el tema, al referirse a los excrementos y orines de los perros como "deyecciones", que sin duda suena menos desagradable, pero no contribuye en absoluto a que muchas personas entiendan que deben retirar de la vía pública los excrementos y orines (eso son las deyecciones) de su perro.