El proyecto del nuevo edificio viene condicionado por 2 factores urbanos y tipológicos del entorno en el que se ubica, que justifican su implantación en la parcela y el diseño del mismo:
La posición de la parcela como remate a una manzana residencial que da frente a zona verde pública y a la avda. de Montañana, genera que el edificio "gire hacia la zona verde" y se abra a ésta, cerrándose a su vez hacia la primera y creando una fachada más urbana.
Así, se observa la conveniencia de establecer como fachada principal del equipamiento la situada frente a la zona verde, lo que, por otra parte, concuerda con los criterios previstos en el Plan General, cuando en el art. 7.2.8. de las Normas Urbanísticas, sobre la ordenación de equipamientos en nuevos suelos urbanizables, se recomienda que "los suelos destinados a equipamientos docentes, deportivos y asistenciales buscarán la proximidad a las zonas verdes y tendrán garantizado un acceso cómodo y seguro".
Se ha diseñado un edificio fragmentado en dos volúmenes: un primer volumen recayente a la avda. de Montañana más impermeable, más urbano, y un segundo cuerpo que se concibe como un gran cuboescultura que flota sobre un zócalo de vidrio en planta baja, permitiendo la relación y el diálogo entre el parque y el edificio.
La fachada interior se formaliza mediante un muro de hormigón blanco que recorre todo el edificio tanto longitudinalmente como en altura, albergando una escalera lineal y continua que comunica las diferentes plantas del edificio.