Que cien años no es nada: Zaragoza en 1923

Un paseo por la Zaragoza de hace 100 años


En un siglo muchas cosas han cambiado… y otras han permanecido. Vamos a recorrer sus calles y a conocer a sus gentes.

En 1923 la población de Zaragoza se situaba en torno a los 150.000 habitantes. Nos encontramos en una época en la que la ciudad estaba experimentando un crecimiento demográfico constante, impulsado principalmente por la industrialización, que hacía que la llegada de migrantes en busca de empleo fuera constante.

Comienza un proceso de urbanización y desarrollo de la ciudad promovido principalmente por dos causas: el aumento de la población ya citado y el progresivo encarecimiento del suelo, fruto de la especulación, que fue expulsando del centro urbano a la clase baja y obrera y obligándoles a instalarse en las afueras, creando claras diferencias sociales entre los ciudadanos.

Los barrios burgueses se extendían desde la Plaza Constitución, a través de todo el Paseo de la Independencia, hasta la Plaza de Aragón. Desde allí, se prolongaban hacia el sur, por Paseo de Sagasta, Paseo de Ruiseñores y Paseo de Pamplona. Estéticamente eran palacetes decorados con estilo modernista y se construían tanto edificios de vecinos como unifamiliares.

Los barrios parcelarios eran habitados por gente de origen rural que emigraban en busca de trabajo en la agricultura, industria y la construcción. Algunos de estos barrios creados en torno a 1923 eran: el Barrio de las Fuentes (conocido con el nombre de “Hogar Obrero”), el Barrio de la Cabañera, el Barrio de la Esperanza (a la derecha de la Avenida América), el Barrio de San José y el Barrio del Terminillo (a la izquierda de la Avenida de Madrid).

Hacía ya varios años que Zaragoza intentaba convertirse en un núcleo urbano moderno, con mejoras de las infraestructuras y servicios públicos, aunque no llegaron a todos los barrios por igual. Así que por esta época, la ciudad contaba ya con unos servicio mínimos urbanos como el agua potable en núcleos urbanos, una red de alcantarillados, alumbrado eléctrico de las calles y limpieza de vías públicas. El tranvía era desde hacía años el principal medio de transporte urbano, y las estaciones de ferrocarril vertebraban la ciudad ya que ejercían como polos de atracción para la industria y la población obrera.